diumenge, 19 d’abril del 2015

Lengua

Es de sobra conocido que el español, el catalán, el gallego, el francés, etc. son lenguas derivadas del latín. Ahora vamos a profundizar en esta cuestión.Es de sobra conocido que el español, el catalán, el gallego, el francés, etc. son lenguas derivadas del latín. Ahora vamos a profundizar en esta cuestión.

Las lenguas románicas

Las lenguas derivadas del latín reciben este apelativo, además de lenguas romances o neolatinas. Bajo esta denominación, encontramos un grupo de lenguas muy heterogéneo, en el cual tenemos lenguas actuales vivas, como el italiano, y medievales que ya no se emplean, como el dálmata.

Lenguas con una extensión cuasi universal, como el español, y lenguas con un territorio muy restringido como el sardo. Dialectos medievales que no llegaron a fraguar en una lengua, como el navarro-aragonés, y lenguas con una amplia tradición como el francés.


Entre las lenguas que aún permanecen vivas hay también una gran variedad. Tenemos, por una parte, lenguas sustentadas por un estado fuerte y de larga historia, que se han expandido por todo el mundo, como el francés, español y portugués, al lado de lenguas muy minoritarias que conviven en dura competencia con otras lenguas más poderosas y de las que reciben un enorme influjo, como el rético o el sardo.

También son muy desiguales en el desarrollo de sus propias literaturas.


Las lenguas románicas de Hispania

Tres de las cuatro lenguas actuales de la Península son románicas. La cuarta el vascuence o euscara, tiene también una enorme deuda con el latín, que le aportó y le sigue aportando un gran caudal léxico. Por citar sólo algún ejemplo palabras como Jurutza < crucem "cruz", que tiene muchas variantes diatópicas y diacrónicas o bike < vicem "molino" entraron en esta lengua en una fase muy antigua. Dentro de las lenguas románicas las lenguas de Hispania comparten rasgos comunes entre sí. Por poner un ejemplo, la palabra elegida por el romance de Hispania para 'hermano' ha sido lat. v. germanum y no frater. Así tenemos it. fratello, fr. frere; pero cat. germá; es. hermano; gal-port. irmâo. Además de los rasgos comunes originales, las lenguas de Hispania son lenguas en contacto. Esto supone que hay un adstrato permanente de las distintas lenguas entre sí, con influencias y préstamos constantes. Así el cat. cap i cua 'cabeza y cola' ha entrado en español. Otras veces el español y gallego, como lenguas más periféricas toman una solución común frente al catalán, lengua más central dentro de la Romania. Así el verbo querer deriva en es. y por. de quaero > quiero, quero, mientras que en cat. deriva de volumus > volem, "queremos".




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