diumenge, 19 d’abril del 2015

La romanización en la península ibérica



El Imperio Romano fue, sin duda, el mayor imperio del mundo antiguo. Se fue creando poco a poco a partir de la expansión de su capital, Roma, y pretendió conquistar todo el mundo conocido, es decir, todos los países próximos al Mar Mediterráneo, llamado mare nostrum por los antiguos romanos. Así, en su momento de máxima expansión durante el reinado de Trajano, el Imperio Romano se extendía desde el Océano Atlántico al oeste hasta las orillas del Mar Negro, el Mar Rojo y el Golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sáhara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia (actual Escocia), en Gran Bretaña, al norte. En consecuencia, recibe el nombre de romanización el proceso a través del cual el Imperio Romano fue conquistando, sometiendo e integrando a su sistema político, lingüístico y social a todos los pueblos y territorios que fue encontrando a su paso. El fenómeno de la romanización es de una importancia histórica absolutamente fundamental puesto que gracias a él un amplio territorio de la antigua Europa pudo compartir una misma base social, cultural, administrativa y lingüística.

Ocio


SOCIEDAD: OCIO


TERMAS

La cultura romana rendía culto al cuerpo, y por consiguiente, a la higiene del mismo. Las termas o baños públicos se convirtieron en lugares de reunión de personas de toda condición social, y su uso era fomentado por las autoridades, que en ocasiones sufragaron sus gastos haciendo el acceso a las mismas gratuito para la población. Aunque hombres y mujeres compartían en ocasiones los mismos espacios, las horas de baño eran diferentes para unos y otros: las mujeres acudían por la mañana mientras los hombres lo hacían al atardecer. En aquellas que disponían de secciones separadas para hombres y mujeres, al área destinada a éstas se le daba el nombre de «balnea».

Como se distruía el espacio.
Antigua terma.


TEATROS


El teatro era una de las actividades de ocio favoritas de la población hispano-romana. Sin embargo, el teatro romano no tenía como principal actividad las representaciones de comedias o dramas, ya que realmente era un edificio dedicado a celebraciones que ensalzaban al emperador. Se trata por tanto, de un lugar más bien político, no de ocio, aunque en alguna ocasión podrían haber albergado éste tipo de prepresentaciones culturales. La amplia profusión de teatros en Hispania tiene que ver con la vida política de las ciudades, ya que todas las ciudades aspiraban a tener su teatro propio.


ANFITEATROS

La cultura romana poseía unos valores respecto a la vida humana muy diferentes de los que hoy imperan en Europa. El sistema esclavista, hacía posible que un hombre perdiera su condición de «hombre libre» por diversos motivos (delitos, deudas, capturas militares, etc.), y por lo tanto se viera privado de todos sus derechos. Esto propiciaba un nuevo espectáculo que en aquella época constituía uno de los atractivos más poderosos de la vida urbana: la lucha de gladiadores. No sólo los esclavos participaban en este tipo de luchas, sino que también había quien hacía carrera como gladiador por dinero, favores o gloria. Incluso algún emperador se atrevió en ocasiones a bajar a la arena para practicar este sangriento «deporte», como en el caso de Cómodo.
Los espectáculos de lucha tenían lugar en un principio en el circo, pero posteriormente se inició la construcción de los anfiteatros, edificios de planta elíptica destinados exclusivamente a la lucha.



CIRCOS


Las carreras de carros eran uno de los deportes más populares de la antigua Grecia y Roma. Solían ser peligrosas tanto para los aurigas como para los propios caballos. Este deporte generaba un fuerte entusiasmo en los espectadores. En las carreras de carros, según el estilo romano, los equipos estaban formados por los diferentes grupos que la financiaban, compitiendo a veces por los servicios de los conductores más expertos. Estos equipos tenían un gran apoyo por parte de los espectadores, lo que en ocasiones provocaba disturbios entre los seguidores de los diferentes equipos. A veces los combates eran politizados, de modo que el deporte comenzó a ser algo más que las carreras en sí mismas y empezó a afectar al total de la población.


Justicia y derecho romano

El derecho romano

Pueblo práctico por excelencia, los romanos regularon toda la actividad pública y privada, construyendo un sistema legal, que ha pervivido durante 2000 años y es una de sus principales aportaciones a la civilización mundial.

¿Cuándo nació el derecho romano?

En un principio la ley se basaba en las costumbres de los antepasados y se transmitía de forma oral. Los pontifex eran los interpretes y lo hacían en beneficio de los patricios.

En el s. V a.C. la plebe obligó a que las leyes se recopilaran y escribieran para evitar cualquier manipulación. Una comisión de diez magistrados elaboró la Ley de las Doce Tablas, código que garantizaba la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos y que fue la raíz del derecho romano.

¿Cómo se modificaban las leyes? ¿Quiénes eran los legisladores?

Durante la República las fuentes del derecho romano fueron la Ley de las Doce Tablas, los plebiscitos, normas elaboradas en los comicios tribunicios y los edictos de los pretores.

Durante el imperio, legislaba el emperador. Sin embargo, en este periodo destacan más las denominadas Constituciones, recopilación y sistematización del cuerpo jurídico desarrollado durante la República.

¿Había un único derecho?


Cuando Roma fue conquistando otros territorios, crearon un nuevo código legal, el ius gentium que regulaba las relaciones con otros pueblos y entre romanos y peregrinos (extranjeros que vivían en Roma). El ius gentium es el origen del derecho internacional

¿Cómo era el procedimiento judicial?

Los romanos además de leyes regularon meticulosamente los procedimientos judiciales con el objetivo de garantizar la independencia judicial. En los contenciosos, intervenían el demandante y el demandado.

Cuando un particular pleiteaba, le correspondía al pretor determinar la necesidad o no de realizar un juicio. En el caso afirmativo el juez, elegido por consenso entre las partes, estaba obligado a dictar sentencia ateniéndose a la legislación vigente.

En las causas criminales, el demandado podía apelar ante las asambleas populares si no estaba de acuerdo con la sentencia.

¿Y los castigos?

El sistema de penas fue evolucionando. En un principio, era muy duro ya que imperaba la ley del talión (el ojo por ojo).

Según pasó el tiempo la pena se ajustó a la gravedad de la infracción cometida valorándose las circunstancias.

¿Qué queda del derecho romano en la actualidad?


El derecho romano fue el sustrato legal básico de todos los países de occidente hasta el s. XIX, momento en el que la formación de los estados-nación llevó a la elaboración de Constituciones y leyes propias.

Sin embargo, en la actualidad el derecho romano sigue vigente en lo básico, es decir, no en las instituciones, leyes o procedimientos, sino en las ideas de independencia judicial y de respeto por la ley, que igualan en derechos a todos los ciudadanos, y que hoy consideramos, condición sine qua non de la democracia.

Lengua

Es de sobra conocido que el español, el catalán, el gallego, el francés, etc. son lenguas derivadas del latín. Ahora vamos a profundizar en esta cuestión.Es de sobra conocido que el español, el catalán, el gallego, el francés, etc. son lenguas derivadas del latín. Ahora vamos a profundizar en esta cuestión.

Las lenguas románicas

Las lenguas derivadas del latín reciben este apelativo, además de lenguas romances o neolatinas. Bajo esta denominación, encontramos un grupo de lenguas muy heterogéneo, en el cual tenemos lenguas actuales vivas, como el italiano, y medievales que ya no se emplean, como el dálmata.

Lenguas con una extensión cuasi universal, como el español, y lenguas con un territorio muy restringido como el sardo. Dialectos medievales que no llegaron a fraguar en una lengua, como el navarro-aragonés, y lenguas con una amplia tradición como el francés.


Entre las lenguas que aún permanecen vivas hay también una gran variedad. Tenemos, por una parte, lenguas sustentadas por un estado fuerte y de larga historia, que se han expandido por todo el mundo, como el francés, español y portugués, al lado de lenguas muy minoritarias que conviven en dura competencia con otras lenguas más poderosas y de las que reciben un enorme influjo, como el rético o el sardo.

También son muy desiguales en el desarrollo de sus propias literaturas.


Las lenguas románicas de Hispania

Tres de las cuatro lenguas actuales de la Península son románicas. La cuarta el vascuence o euscara, tiene también una enorme deuda con el latín, que le aportó y le sigue aportando un gran caudal léxico. Por citar sólo algún ejemplo palabras como Jurutza < crucem "cruz", que tiene muchas variantes diatópicas y diacrónicas o bike < vicem "molino" entraron en esta lengua en una fase muy antigua. Dentro de las lenguas románicas las lenguas de Hispania comparten rasgos comunes entre sí. Por poner un ejemplo, la palabra elegida por el romance de Hispania para 'hermano' ha sido lat. v. germanum y no frater. Así tenemos it. fratello, fr. frere; pero cat. germá; es. hermano; gal-port. irmâo. Además de los rasgos comunes originales, las lenguas de Hispania son lenguas en contacto. Esto supone que hay un adstrato permanente de las distintas lenguas entre sí, con influencias y préstamos constantes. Así el cat. cap i cua 'cabeza y cola' ha entrado en español. Otras veces el español y gallego, como lenguas más periféricas toman una solución común frente al catalán, lengua más central dentro de la Romania. Así el verbo querer deriva en es. y por. de quaero > quiero, quero, mientras que en cat. deriva de volumus > volem, "queremos".




Administración territorial del imperio

Divisiones provinciales

Todo el imperio romano estaba dividido en provincias. Dentro de estas provincias, se ejercía el gobierno desde una capital. Las provincias eran gobernada por un pretor, procónsul o cónsul, dependiendo de la importancia estratégica o la conflictividad de la misma. En el caso de Hispania y a lo largo de su historia, estas estructuras de gobierno se fueron alternando a medida que la conquista del territorio se hacía efectiva y, posteriormente, en función de la adaptación de cada provincia a las costumbres y modos de vida romanos.

Las provincias romanas se dividían a su vez en «conventus» o partidos jurídicos, con sede en las ciudades más significativas de la zona.

Primera división de Hispania en dos provincias: Citerior y Ulterior.

Desde los primeros años de presencia romana en Hispania se establecieron dos provincias: la Citerior (cercana), al norte y este, y la Ulterior (lejana), al sur y al oeste peninsular. Aunque técnicamente dividían la Península Ibérica en dos mitades, en la práctica el dominio romano se centraba en la costa mediterránea, quedando la mayor parte de la Península controlada por los pueblos autóctonos (celtíberos, lusitanos, ilergetes y astures). Entre los años 218 a. C. y 205 a. C. en que los cartagineses fueron definitivamente expulsados del territorio hispánico, el poder político era ejercido desde la capital tarraconense, fundada durante la Segunda Guerra Púnica; y posteriormente, al crearse la primera división territorial entre las provincias Citerior y Ulterior, el centro de gobierno de la última pasaría a ser ejercido desde Corduba (la actual Córdoba).



Fiestas, celebraciones y desfiles militares

Diferentes tipos de soldados


¿Tenía uniforme el ejército romano?

El ejército romano iba uniformado, algo inusual para la época. La vestimenta consistía en una túnica corta y si hacía frío se ponía un capote que también le servía de manta. El calzado, equipamiento fundamental dada la movilidad del ejército consistía en unas cómodas sandalias de suela gruesa, caligae.

¿Eran iguales todos los soldados?

A la hora de entrar en el ejército lo de menos era el lugar de origen de cada soldado, lo que realmente importaba era poseer o no la ciudadanía romana.
En función de esto había dos tipos de soldados, los legionarios, normalmente ciudadanos romanos, y las tropas auxiliares, soldados que carecían de ciudadanía, incluso en ocasiones se alistaban para obtenerla.

¿Cómo se equipaban los legionarios?

En el combate se protegían con un casco, galea, un escudo cuadradado, scutum, y una coraza de cuero y metal, lorica. Para atacar se servían de la espada corta de doble filo, gladius, y dos tipos de lanza, pilum y hasta.



¿ Qué significaba el triunfo para un militar romano?


Empezaremos diciendo que el honor militar más deseado por los romanos era el triunfo y solo se concedía al general en jefe que alcanzaba una gran victoria. El que obtenía los honores del triunfo recibió el nombre de Triunfador y los requisitos eran los siguientes:

Había de ser jefe de la legión romana

Habían de haber muerto en la batalla a por lo menos 5000 enemigos

También se daba si se aumentaba los territorios de la República

No haber sufrido derrota alguna

¿Cómo se organizaban los desfiles militares romanos?

Llevando delante en carros o hombros el botín conquistado. No se ha de olvidar que a Roma fueron a parar ricos tesoros de todas parte llevados por los generales que volvían victoriosos de tierras extrañas y la exhibición de tales riquezas era uno de los atractivos de los famosos Triunfos y en el de Tito uno de los principales tesoros fue el Templo de Jerusalén y en Roma se juntaron los tesoros más preciados de Cartago, Illiria, Grecia, Galia, Iberia, Egipto, Siria,Palestina, Armenia, Persia, Germania, Dacia, Partia y de los Escitas.

Los ciudadanos comisionados iban diciendo en voz alta los nombres y el origen de cada cosa y recordando los principales hechos de armas de la campaña.

Los prisioneros de guerra seguían al Botín después iba el oro coronario.

El triunfador seguía en un carro tirado por cuatro caballos blancos en una fila y a veces por cuatro elefantes y hacia la entrada triunfal en la ciudad. A veces este Carro Triunfal iba tirado por más caballos y Nerón llegó a ir en un carro con 7 y hasta 10 caballos. Normalmente eran dorados y ya en la época Imperial eran de marfil, oro y otras materias preciosas.

Le acompañaban a pie amigos, clientes y parientes.

Los senadores, Cónsules y demás magistrados seguían su carro.

Los legionarios iban detrás cantando sus propias alabanzas o mezclando a veces cantos satíricos de su general y gritando Xo que significaba Triunfo.

Un esclavo colocado detrás del triunfador y en un mismo carro le repetía de vez en cuando Acuérdate de que eres un simple mortal y a fin de recordarle la inestabilidad de las cosas humanas estaban colgados en el carro los instrumentos empleados en los suplicios capitales.


¿Por qué eran tan importante para los romanos las fiestas?

Las Saturnales eran unas importantes festividades romanas. La fiesta se celebraba con un sacrificio en el Templo de Saturno, en el Foro Romano, y un banquete público, seguido por el intercambio de regalos, continuo festejo, y un ambiente de carnaval que desplomaba las normas sociales. " Eran Navidad y Carnaval a un mismo tiempo y el cristianismo de la antigüedad tardía tuvo fuertes problemas para acabar con esta fiesta pagana, intentando sustituirla.

Las Saturnales se celebraban por dos motivos:

En honor a Saturno, dios de la agricultura.


Como homenaje al triunfo de un victorioso general (fiesta del triunfo).

Esta fiesta fué introducida alrededor del 217 a. C. para elevar la moral de los ciudadanos después de una derrota militar sufrida ante los cartagineses en el lago Trasimeno.

Las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Probablemente las Saturnales fueran las fiestas de la finalización de los trabajos del campo, celebrada tras la conclusión de la siembra de invierno, cuando el ritmo de las estaciones dejaba a toda la familia campesina, incluidos los esclavos domésticos, tiempo para descansar del esfuerzo cotidiano

Calendario romano

¿ Cómo distribuian los romanos los meses y días del año?

Según la tradición romana, el origen mítico del antiguo sistema para dividir el tiempo se debió al primero de los reyes, Rómulo. Se utilizó en la Antigua Roma hasta el 46 a. C. con la implementación del calendario juliano.

Este calendario,comprendía diez meses lunares, de marzo a diciembre. Entre diciembre y el comienzo del año siguiente había un período que no correspondía a ningún mes, dado que era el periodo en que no había labores agrícolas. El año por tanto duraba alrededor de 304 días o bien 10 meses lunares.

Posteriormente se realizó una reforma atribuida por la tradición al rey Numa Pompilio, segundo rey de Roma. Se modificó la duración de los meses para que duraran 29 y 31 días alternativamente (para los romanos, los números pares traían mala suerte), y se añadieron dos meses adicionales entre diciembre y marzo, que son enero y febrero completando los 12 meses del año.

Ahora vas a comprobar, que el nombre de nuestros meses tienen su origen en la denominación que los romanos dieron a los meses.

La denominación de los meses, por orden, era:

Martius: en honor a Marte, padre de los fundadores de Roma, Rómulo y Remo, y al que se dedicó el primer mes del año.
Aprilis: consagrado a Venus, Apru en etrusco. Otra teoría se refiere a la llegada de la primavera, estación en que se abren(aperire) las flores.
Maius: titularidad discutida, ya que algunos afirman que estaba dedicado a la madre de Mercurio, la diosa Maya, que se encargaba de la fertilidad agrícola, mientras otros lo atribuyen a la veneración de los antepasados, los Maiores.
Iunius: consagrado a Juno (Iuno). También existe otra posible dedicación a los descendientes, los Iuniores.
Quintilis: llamado así por ser el quinto mes (quinque: cinco). A la muerte de Julio César pasó a llamarse Iulius en su honor, por ser el mes de su nacimiento.
Sextilis: mes sexto (six: seis). Se dedicó posteriormente a Octavio Augusto y recibió el nombre de Augustus.
Septembris: mes séptimo (septem: siete)
Octobris: mes octavo (octo: ocho).
Novembris: mes noveno (novem: nueve)
Decembris: mes décimo (decem: diez)

Y los dos meses que posteriormente se añadieron:

Ianuarius: en honor a Jano, el dios de las puertas, porque este mes pasó a ser el que abría el año.
Februarius: dedicado a Februus (más conocido por el nombre de Plutón), dios de las ceremonias de purificación que se llevaban a cabo en este mes para expiar las culpas y faltas cometidas a lo largo del año que acababa, y para comenzar el nuevo con buenos augurios.

Observa la similitud entre los dos calendarios: El primero del año pasado de nuestros días y el segundo de la época romana.